Lo que dicen de nosotros

Comentario de Ignacio Brieva

Mar 2022

» Hace ya bastantes años que la magia y yo nos abandonamos, lo cual no es óbice para que siga disfrutando de ella cada vez que tenemos ocasión de reencontrarnos.

Unos días atrás, pude asistir en Madrid a una representación de Luis Boyano y Karla.

Luis y yo hace muchos años que nos conocemos y, por evolución, algunos menos que le admiro. Bueno, le admiro y le envidio porque, para alguien como yo que nací con el cajón de los nombres roto (que me acuerde de un nombre dos minutos después de habérmelo dicho es misión imposible), el despedir sus actuaciones nombrando, uno por uno, a cada uno de los espectadores que han colaborado con él en su
espectáculo, y no son pocos, es digno de envidia por mi parte.

Pero, a lo que iba, la actuación que tuve el placer de contemplar estaba dividida en dos partes y esta fue mi experiencia como espectador:

En la primera parte, Luis mostró su solvencia y profesionalidad con un variado de efectos mágicos, a cual más impactante, presentándolos con un humor, cercanía y empatía con el público, que nos conquistó desde el primer momento. Hacía tiempo que no me reía y disfrutaba tanto viendo actuar a un mago, mientras el resto del público no salía de su asombro ante los efectos mágicos que estaban presenciando.

Ahora bien, me voy a centrar en la segunda parte de su espectáculo donde un Luis, completamente distinto, serio y protocolario, irrumpió en el escenario para presentarnos y hacernos vivir una experiencia sobrenatural con su muy estudiada y acertadamente presentada: “Cabina de los espíritus”.

Cómo pasar de la risa, de la magia y de la diversión de la primera parte, a la inquietud y al asombro total de la segunda parte no está al alcance de todos, pero Luis Boyano lo consigue con maestría. Con una ambientación e iluminación precisa y la aparición en escena de un personaje, la “Médium”, que transmite capacidades absolutas para traernos del más allá y comunicarnos con, el o los, espíritus de seres ya no existentes. Vestuario, maquillaje, expresión y presencia escénica impecable.

Lo más difícil sobre un escenario es transmitir sin hacer nada y Karla, la médium, “sin hacer nada” transmite y hace mucho. ¡Mi más sincera enhorabuena!

Es todo un acierto la propuesta, la presentación de efectos y la interpretación que Luis Boyano hace de “La cabina de los espíritus”.

Una cabina simple, con un bastidor y cuatro cortinas, una por cada lado, ligeras,vaporosas y etéreas como el espíritu que iban a albergar,  junto a la médium, en su interior.

Un atrezo recio y contundente, en el que atar e inmovilizar a la médium, y un pequeño velador sobre el que reposan unos cuantos objetos, que serán los instrumentos utilizados por el espíritu invocado para manifestar su presencia.

Con estos elementos sobre el escenario, Luis presenta la experiencia, hipnotiza a la médium, invoca al espíritu y comienzan los primeros  efectos y las primeras manifestaciones del espíritu invocado, con el público dudando entre si lo que estaban presenciando seguía siendo magia o era algo más.

Una cortina frontal que Luis cerraba y abría con tal rapidez y velocidad que, sin poder llegar a ver la presencia espectral que estaba originando todos esos sucesos que acontecían, sí nos permitía ver la inmovilidad de la médium, su estado de trance, su indefensión ante la presencia que merodeaba a su alrededor y la imposibilidad de que ella pudiera estar interactuando físicamente con el espíritu.

Dos espectadores, elegidos al azar, estaban a los lados de la cabina como notarios de lo que allí estaba sucediendo, sin poder dar crédito  ellos mismos a lo que allí ocurría. Cada vez que se abría la cortina, comprobaban que los nudos y ataduras, de pies y manos, que mantenían a la médium inmovilizada y en trance , seguían fuertemente ajustados a sus muñecas y a su cuerpo y, sin embargo, cuando Luis cerraba la cortina frontal, las manifestaciones espectrales volvían, haciendo sonar y volar los objetos que había sobre el velador, lanzándolos al exterior por encima de la cabina, apareciendo escritos sin escritor visible, transformando en nudos los pensamientos de un espectador o atravesando sólidos para poder arropar a la médium. 

Una dramatización “in crescendo”, con esas cortinas abriéndose y cerrándose a una velocidad endiablada, la médium inerte y Luis luchando contra los elementos, para hacernos ver y vivir una experiencia que no podía acabar de otra manera que, con el público en pie, aplaudiendo, y mirándose los unos a los otros sin comprender lo que acababan, acabábamos, de presenciar.

No sé si Karla y Luis nos trasladaron a una representación de finales del siglo XIX o si fueron los espíritus de las hermanas Fox a los que trajeron al interior de su cabina del siglo XXI pero, fuera como fuese, mi más sincera enhorabuena por la investigación realizada, por el trabajo que pudimos admirar y por el resultado, con el público en pie, de vuestra “Cabina de los Espíritus”.  «

Ignacio Brieva
En Madrid a XIV–III-MMXXII

OTROS COMENTARIOS

Camilo Vázquez – Feb 2024

Latón, y cortina granate en la escena nos transportan a otra época, décadas atrás. El atrezo parece proceder de la trastienda de un anticuario, lo completa un enigmático poste, en primer plano y …

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Joaquín Matas – Dic 2023

Tenía muchas ganas de ver este acto y la verdad es que superó con creces mis expectativas. “La cabina de los espíritus” de Luis Boyano y Karla nos hace retroceder en el tiempo hasta finales…

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Juan Luque – Oct 2022

LA IMPERDIBLE SENSACIÓN DE PERCIBIR ESPÍRITUS EN PLENO SIGLO XXI. Luis Boyano lo advierte nada más empezar. En el escenario solo veremos recreaciones ilusionistas de aquellas presuntas manifestaciones espiritistas de hace, casi, varios siglos.

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Jorge Blass – Mar 2022

La cabina espiritista de Luis Boyano y Karla me ha maravillado. Una ilusión histórica presentada con rigor y un enorme talento. Un viaje al pasado en el que no podrás creer lo que estás viendo.

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Paco Agrado – Mar 2022

La cabina de los espíritus” es un acto emocionante. Un viaje en el tiempo que nos deja curiosear en un momento casi olvidado, pero brillante y más cercano a nosotros de lo que pensamos.

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Iván Santacruz – Mar 2022

He tenido la suerte de trabajar con ellos en este acto, en la parte técnica y escénica, y puedo decir, sin lugar a dudas, que es uno de los mejores actos que se pueden ver hoy en día.
Una perfecta recreación de un número histórico.

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Ramón Mayrata – Dic 2021

Conocí a Luis Boyano en sus comienzos. Poco después, en sus gestos de mimo, se abrió paso la magia. Al verle el sábado, en el teatro Tribueñe, me dí cuenta que esta simbiosis ha producido un mago singular.

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Ricardo Sánchez – Magia Estudio – Dic 2021

Viajar en el tiempo tiene sus complicaciones. Viajar metafóricamente, claro. Viajar de verdad tiene más complicaciones todavía. Los números de espiritismo son hijos de su era. Últimos retazos de aventura en la era del desencanto de finales del Siglo XIX.

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Woody Aragón – Nov 2021

La cabina espiritista de Luis Boyano es, claramente, la mejor versión de este juego que he presenciado. Tanto es así que, siendo mi favorita, la contraté para el festival Toledo Ilusión que organizo anualmente, resultando uno de los grandes éxitos de la edición.

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